Uno de los mayores atractivos de la temporada regular es hacer el seguimiento de esos jugadores que ya han dejado destellos pero que a los que aún les quedan por descubrir sus propios límites. Básicamente el prototipo de jugador que acaba ganando el MIP al final del curso.
Esta lista no es un recopilatorio de aspirantes al galardón, ya que hay jugadores en ella que es impensable que opten al mismo. Simplemente es un recopilatorio de jugadores no rookies de 24 años o menos que podrían estar ante su temporada de despegue. La que les hace asentar un nuevo estatus en la liga. ¿Qué es lo bonito de todo esto? Que todos acabarán haciendo temporadas malas o mediocres y la NBA encontrará otras formas de sorprendernos.
Para ordenar y categorizar el desarrollo que van a tener los 25 jugadores seleccionados los he dividido en cinco tiers. Los cuales no tienen por qué ser totalmente jerárquicos, puesto que los hay tipológicos. El recopilatorio se dividirá en tres partes que irán subiéndose durante esta semana. Vamos allá.
Un pasito palante’
Jugadores que van a sufrir un aumento de prestaciones con independencia del contexto de su equipo. Nada espectacular, pero sí una mejora visible en lo cuantitativo y lo cualitativo.
Nassir Little, 22 años
Cuando se estaba constituyendo como parte de lo poco que pudieron rescatar los Blazers, la temporada de Nassir Little terminó abruptamente en enero por una lesión abdominal de la que se operó finalmente en mayo. Hasta ese entonces Little había demostrado una madurez física que le llevó a la titularidad permanente y a ser el perro de presa de la defensa de Portland.
La idea es que Little insufle de energía y físico a un backcourt endeble como el que forman Lillard y Simons. El joven alero es ese perfil que todo equipo que aspira a estar entre los mejores de su conferencia necesita para equilibrar fuerzas a ambos lados de la cancha. Sus cifras globales seguramente se resientan por estar rodeado de jugadores muchos más protagonistas con balón de lo que ha tenido al lado esta temporada. Pero su importancia en el equipo, al que Billups pretende dar un corte mucho más físico y defensivo con las herramientas sumadas, debería dispararse.
En ataque puede ayudar a que la transición forme parte del plan inicial de los Blazers con él y Jerami Grant a la cabeza. Este año se ha demostrado como un jugador muy eficaz atacando defensas en rotación con su potente primer paso y finalización cerca del aro. Sin embargo, su mayor margen de crecimiento se encuentra en el triple. Little anotó el 33% de sus lanzamientos en catch-and-shoot la temporada pasada. Lo interesante es que ese porcentaje asciende al 37% desde las esquinas, la zona que seguramente acabe ocupando en la mayoría de ataques de su equipo esta temporada. Si logra acercarse al simbólico 40% podríamos estar hablando del complemento con el que Lillard lleva años soñando y de un posible titular en la mayoría de equipos de la liga.
Nickeil Alexander-Walker, 24 años
De todos los integrantes del tierlist, Alexander-Walker quizás sea el más limítrofe. Atendiendo a su último año nada hace pensar que este vaya a ser el curso de su gran salto cualitativo. Pero a la espera de que los Utah Jazz se conviertan en un valladar, el canadiense podría ver cómo su carta de tiro crece hasta la estratosfera.
En Nueva Orleans ya estaba aprovechando la mediocre primera mitad de temporada del equipo para sumar minutos y tiros más bien vacíos. Por lo que es de esperar que esta tendencia se agrave en Utah. El pasado curso el escolta encontró cierta regularidad física que le había sido esquiva en sus primeras dos temporadas en la liga. Lo cual debería ayudarle a cincelar su figura como anotador de apoyo y puntual microondas.
Isaac Okoro, 21 años
En el esquema de los Cleveland Cavaliers Isaac Okoro está obligado a ser importante como único compensador exterior de Garland en defensa. El perímetro defensivo no es el punto de énfasis de Bickerstaff, que básicamente utiliza la presión exterior para guiar loas ataques a los lugares que representa la hidra de tres cabezas que conforma el interior de los Cavs. Al equipo no le preocupa enviar a Jarret Allen, Evan Mobley e incluso Lauri Markannen lejos del aro porque, aún así, quedan al menos otros 4,20 metros que sortear en las inmediaciones de la zona.
Aun así, la presencia de especialistas defensivos como Okoro marcan la diferencia al hablar de una defensa por encima de la media o una de absoluta élite. Más con la debilidad que representan Garland y Markannen a ese lado de la pista. De momento esto le ha bastado al wing de Cleveland para ser titular desde que llegó a la liga, pero debe dar un paso más si quiere configurarse como un escudero de Darius Garland con mayúsculas.
El curso pasado ya mejoró sus porcentajes desde el triple, pero probablemente le falte un mayor volumen en estos lanzamientos para procurar espacio al sistema. Riky Rubio por ejemplo ejecuta dos triples más por partido a pesar de tener peores porcentajes solo para obligar a que la defensa rival le tenga en cuenta. Muchas veces con Okoro parece un simple tema de decisión para dar el salto necesario y configurarse como un potable complemento también en ataque.
El curso pasado Okoro intentó 3,3 penetraciones por partido con respecto a las 4,9 de su primer año. Esto en parte se debe a la nueva construcción de quintetos altos de los Cavs, pero el alero tiene condiciones para acudir más a este tipo de jugadas además de cierta sensibilidad en los cortes sin balón. A poco que sume confianza en esas acciones y pueda ejecutarlas con mayor asiduidad, Cleveland debería tener un 3&D para muchos años.
Precious Achiwua, 23 años
El crecimiento experimentado por el interior de los Raptors es un fiel reflejo del ascenso vivido por su propio equipo la temporada pasada. Achiwua comenzó el curso errático en defensa y tomándose licencias de más en ataque. Lo primero probablemente fuese culpa del cacao que imperaba en Toronto en el primer par de meses de competición. Lo segundo cargaba principalmente en su cuenta.
Sea como fuere en enero Precious y los propios Raptors comenzaron a enderezar sus caminos. Con Siakam recuperando su mejor versión y Scottie Barnes tomando galones, Nick Nurse se libró mayormente de las lesiones y recuperó al fin una estructura reconocible. Lo cual le permitió poner en liza esa defensa de infinitos cambios plagada de jugadores capaces de defender las cinco posiciones y un Fred VanVleet élite en la defensa exterior. Ahí Achiwua comenzó a brillar más que nunca, convertido de pronto en un prototipo de Bam Adebayo capaz de cubrir todo el ancho de la pista ante las barbas de cualquiera. Quizás carezca de la presencia interior de Birch o Boucher, pero el nigeriano dispara la sensación de Toronto como laboratorio del futuro.
En ataque Achiwua es un interior capaz de echar el balón al suelo y aprovechar la rapidez de su primer paso frente a interiores más lentos o su físico ante defensores más livianos. Además, el 36% promediado en triples provoca una preocupación suficiente como para no flotarle en exceso. Pero que lo pueda hacer, no quiere decir que sea lo conveniente en cada jugada. Por suerte, el crecimiento de varios de sus compañeros con balón le empujó a un rol como cinco abierto y kamikaze del rebote ofensivo. Incluso compartiendo minutos con Boucher, las acciones que jugaba de cara al aro disminuyeron considerablemente para beneplácito de su eficiencia.
Esto no le ha terminado de procurar el reconocimiento que probablemente merezca. Pero si logra mantenerlo en el tiempo y tanto él como Toronto siguen creciendo de forma marginal, será difícil ignorar a Achiwua como uno de los mejores defensores de la NBA.
Jaden McDaniels, 22 años
Otro especialista defensivo. Tampoco es de extrañar que esta categoría esté plagada de cerrojos, pues usualmente son jugadores en los que no se atisba un crecimiento general, sino simplemente el salto necesario para convertirse en jugadores capitales en las rotaciones de su equipo. Jaden McDaniels ya logró esto el año pasado, donde fue uno de los mayores artífices del colmillo competitivo que desarrollaron los Timberwolves en torno al juego subterráneo de sus secundarios.
Pero si el curso pasado los de Chris Finch tuvieron que tirar de palos, piedras y argucias para bajar los partidos al barro, este año cuentan con uno de los mejores defensores de la competición. Rudy Gobert no es ni uno de los mejores defensores de la historia de la NBA como sugieren sus reconocimientos individuales y estadísticas; ni un punto flaco como invitan a pensar sus participaciones en playoffs. Como casi siempre la realidad se encuentra en el punto medio y yo me inclino a pensar que con defensores capaces a su alrededor, el pívot francés puede mostrarse dominante incluso en baloncesto de pretemporada.
Gran parte de esto cae sobre los hombros de McDaniels, un defensor capaz de apretar en primera línea o cubrir a la perfección el lado débil cuando Gobert y/o KAT se aventuren en defensas lejos del aro. En los últimos años el francés ha mejorado mucho en todo lo que va más allá de la protección del hierro, pero no ha contado con un defensor de las capacidades físicas y técnicas de McDaniels. Que los Timberwolves sean una muy buena defensa en cualquier contexto pasa en buena parte por la responsabilidad del joven alero. A quien también se le espera cierto crecimiento como tirador abierto para paliar los valles de Gobert en esa parcela.
Ayo Dosunmu, 22 años
Ayo Dosunmu vivió dos o tres temporadas dentro de una sola en su curso rookie. El base comenzó como especialista defensivo y energizer en un rol reducido que le convirtió en el ojito derecho de la afición de Chicago, su ciudad natal. Sin embargo, las bajas y percances que golpearon a los Bulls durante toda la campaña provocaron que acabase jugando hasta 40 partidos como titular y tomando responsabilidades con balón que no se atisbaban el pasado octubre.
Su evolución a lo largo de la campaña fue una de las más llamativas que vivió la competición y terminó colándose en el segundo mejor quinteto de novatos por méritos propios. Personalmente fue uno de los secundarios que más disfruté el curso pasado, pero no sé por qué razón tengo la sensación de que este curso su fulgurante crecimiento va a frenar un poco. Dosunmu aún puede crecer mucho desde el bote, ya que la mayoría de su playmaking y anotación provienen de acciones rápidas en las que consume poca posesión. Y no creo que estas situaciones le den mucho margen para un salto exponencial.
Si la rodilla de Lonzo Ball sigue dando sustos, el joven base podría partir incluso como titular. Pero DeMar Derozan y Zach LaVine por lo pronto no le van a permitir absorber demasiada bola. De él espero una mejora controlada en todas las facetas del juego, que ya es mucho decir. Pero sinceramente pienso que a su verdadero salto cualitativo le queda alguna temporada más.
Lonnie Walker IV, 23 años
El ex de los Spurs tiene toda la pinta de ser ese perfil de jugador engordado por el entorno mediático de Los Angeles. El cual ha crecido exponencialmente cuando sumó a LeBron James al caldo laker. No espero una temporada mucho mejor que la anterior en el equipo que ahora dirige Dervin Ham. Pero aun con el descalabro del curso pasado, el bombo y platillo que circunda a los Lakers sirvió para reconducir la carrera de Malik Monk, hacernos pensar que Stanley Johnson seguía siendo un jugador útil en esta liga e inflar a Asutin Reaves más allá de la buena pinta que tiene el joven base de Arkansas.
Walker llega a Los Angeles para dotar al equipo de todo lo que le faltó el pasado curso. Juventud, físico y compromiso defensivo. El alero es el tipo de jugador que se suele beneficiar de jugar junto a esta nueva etapa de LeBron James, mucho menos agresiva hacia el aro y tendente al poste medio para distribuir. Su correcto acierto en el triple tras recibir y capacidades para embestir el aro deberían de ser suficiente para elevarle como uno de los secundarios más valiosos de la plantilla.
Walker necesita poco para dejar su sello en ambos lados de la cancha y torear en la plaza que más ojos miran en el mundo seguramente le ayuden a encadenar los siguientes pasos de su carrera con otra aura sobre él. Con solo un año de contrato por delante, su cotización el próximo verano debería estar bastante por encima de los 6 millones firmados.
(Fotografía de portada de Steph Chambers/Getty Images)