Siempre he sido una persona mentalmente sana, pero la gente no me trata como tal cuando defiendo que Brook Lopez es un jugador más importante que Giannis Antetokounmpo en el sistema defensivo de los Bucks de Budenhozler. Por eso hoy vamos a indagar en la figura de uno de los pívots más infravalorados de la NBA actual a la vez que me doy a mí mismo argumentos para el futuro. Como el profesor que te dice que para preparar el examen debes leerte el libro que él mismo ha escrito. Como Joey Tribbiani señalándose a sí mismo en la tele.
En una temporada en la que los de Wisconsin están ejecutando una defensa diferente a la que les ha convertido en uno de los grandes equipos de la competición durante cuatro años, las virtudes que hacían de Brook una pieza fundamental están brillando más que nunca, y algunas de sus carencias parecen haber incluso desaparecido. Pero antes de entrar en su rendimiento en concreto, es necesario definir cómo defienden los Bucks en relación a cómo han defendido en los últimos años.
Un cambio ¿perjudicial?
Desde la llegada de Budenholzer, la premisa fue clara: cerrar la pintura a toda costa. Cualquier tiro concedido desde el triple, por liberado que fuese, era mejor opción que un tiro concedido cerca del aro. Y esta era una labor en la que se centraba todo el equipo pero en la que Lopez brillaba como nadie.
El pívot se erigió en su llegada a Wisconsin como el baluarte del sistema, ofreciendo un rendimiento de élite a la hora de intimidar o taponar las internadas rivales y reconvirtiéndose en uno de los mejores defensores interiores de la competición. No obstante, esta era una labor en la que recibía muchas ayudas, pues sus compañeros se cerraban siempre de forma muy agresiva sobre la zona para dificultar también todo lo posible las penetraciones. Brook era por tanto el pilar maestro de una muralla muy rígida, pero que tenía algunos puntos flacos.
Esta obsesión por proteger la pintura funcionó en términos generales, pues Milwaukee ha sido élite defensiva de la liga en las tres temporadas en las que Lopez ha estado sano, pero lo ha hecho asumiendo el riesgo de descuidar la defensa del tiro exterior. Y si bien es cierto que Budenholzer conseguía ajustar a sus hombres para que quienes recibiesen con espacio fuesen los tiradores menos eficientes del rival, este sistema generó noches de muchos problemas al equipo.
Entre las temporadas 18-19 y 21-22, Milwaukee fue el equipo que más veces permitió al rival alcanzar o superar los 20 triples en un partido (36), con mucha diferencia además sobre el segundo en dicho apartado (los Hornets con 23). Sería justo decir también que nadie ganó tantas veces como ellos cuando el oponente anotaba tanto desde fuera (14), pero el problema era objetivo. De hecho, de las ocho temporadas regulares con más triples encajados por un equipo en la historia de la NBA, tres son de los Bucks de Budenholzer, y si la 19-20 no se cuela también entre ellas es porque el Covid-19 hizo que no se jugasen 82 partidos.
La cuestión más preocupante es que este problema llegaba a su cénit en playoffs, donde los entrenadores rivales tenían más opciones de hacer ajustes y lograr que fuesen sus mejores tiradores quienes aprovechasen los espacios concedidos. Y la temporada pasada, en la que Boston alcanzó los 17 triples anotados en cuatro de los siete partidos de la serie que acabó con la eliminación de Milwaukee, parece haber sido el momento en que el técnico dijo basta.
El año del cambio
En este inicio de temporada, los Bucks han realizado un ajuste muy notable, consistente en acortar las ayudas para mantener a los jugadores exteriores más pegados a su hombre y negar los triples abiertos. De esta forma, los campeones de 2021 han dejado de ser uno de los equipos que más triples permitían, convirtiéndose concretamente en el sexto que menos concede (31,8) y el quinto que menos encaja (11) por partido tras acabar últimos en ambas categorías en la 21-22. Si bien con tan solo trece partidos disputados estas estadísticas pueden tener algo de ruido (aplicable a todas las que se usarán de aquí en adelante), basta con ver el posicionamiento sobre la pista para comprender que esto se trata de una decisión consciente y no de simple casualidad. La protección de pintura sigue siendo una prioridad, pero no la única.
En este sentido ha ayudado la incorporación al quinteto titular de Jevon Carter, quien conforma junto a Jrue Holiday uno de los backcourts más correosos e incómodos de atacar que se pueden encontrar en la liga. Esto permite al resto de defensores perimetrales no tener que cerrarse tan frecuentemente para defender en ayuda, pero la cuestión es que una defensa más abierta permite más vías al aro y va en detrimento de la fortaleza interior. Como suele decirse, cuando tienes una manta pequeña tienes que elegir entre taparte la cabeza o los pies.
Es decir, este cambio parece a priori potencialmente perjudicial para la defensa interior del equipo, pues deja a Brook más desprotegido y le obliga en ocasiones a afrontar situaciones de prácticamente dos contra uno tras bloqueo directo. La cuestión es: ¿está siendo de verdad un problema para él?
The Defensive Mountain
Pese a que se ha ganado el sobrenombre de Splash Mountain por su tiro de tres, la defensa ha sido y, sobre todo, es el apartado en el que Lopez brilla por encima del resto, pues el cambio de sistema le está exigiendo más que nunca en dicha materia. El pívot es con cierta diferencia, el jugador de la liga que más tiros defiende por partido con 22,5, superando en casi tres al segundo (Embiid con 19,6), y de hecho está firmando el segundo mayor promedio de tiros defendidos por partido en las últimas 10 temporadas (la NBA no ofrece estadísticas más antiguas), prueba de la importancia de su labor como ancla del equipo.
La cuestión, sin embargo, no se limita a cuántos tiros defiende. Yo me considero perfectamente capacitado para defender muchos tiros de Durant siempre y cuando no se me exija que no los anote. Lo importante es qué pasa con los tiros que Brook defiende. Y en ese sentido, es élite también.
Para empezar, es necesario matizar entre defender y puntear. La NBA considera que un jugador ha punteado un tiro del rival cuando, antes de que este ejecute el lanzamiento, se encuentra a menos de 3,5 pies de distancia (1,06 metros aproximadamente) y con un brazo levantado, y esto es algo que, de nuevo, Lopez hace más que nadie en la liga. En concreto, puntea 17,9 tiros por noche, superando también de forma clara al segundo en la lista, que es Ivica Zubac con 14. Y, yendo ya a lo más simple, coloca 2,5 tapones de media, estadística en la que supera también a cualquier otro jugador de la competición.
Dichos lanzamientos tienen lugar sobre todo en la pintura, pero cabe destacar también el crecimiento del pívot a la hora de combatir los intentos desde media distancia. Este había sido el otro gran talón de Aquiles de la defensa de Milwaukee, pues en la defensa del pick & roll Brook tiende a hundirse respetando el mantra de defender la pintura a toda costa, lo que, ante jugadores hábiles en el tiro tras bote desde fuera de la zona, les generaba muchos problemas. Sin embargo, tras su operación de espalda del año pasado, Lopez parece este curso algo más ágil y rápido de reacción, lo que le está ayudando a mantener su posición, forzar este tipo de lanzamientos, y estorbarlos.
El de los Bucks está defendiendo 9,2 tiros desde 4,5 metros o más por partido, la cifra más alta desde que se incorporó al equipo, y por primera vez está teniendo un impacto negativo sobre los atacantes también en esta materia. Hasta ahora, los jugadores defendidos por Brook habían mejorado sus datos de acierto desde dicha distancia en un 3,7% en comparación a su eficacia contra otros equipos, pero este curso están lanzando un 0,9% peor ante él que ante el resto de jugadores de la liga. Y si bien esta puede parecer una diferencia menor, implica que, aunque sigue siendo un punto flaco del sistema, por ahora está dejando de ser tan explotable.
En general, Lopez está dejando a los hombres a los que marca en un 48,4% de acierto, una cifra que no parece tan impactante hasta que se tiene en cuenta que casi la mitad de los tiros que defiende tienen lugar en la pintura. Esto implica que, ante él, los rivales reducen su acierto en un 5,9% en comparación a sus porcentajes habituales desde cada zona del campo, el sexto mejor dato para los jugadores que defienden al menos 12 tiros por partido. En resumen, una excelente combinación de cantidad y calidad defensiva.
Una defensa renovada
Todo esto ha ayudado a Milwaukee a convertirse en la mejor defensa de la competición con un defensive rating de 105 puntos concedidos cada 100 posesiones, también con una distancia notable con respecto al segundo, los Suns con 107,3. El dato es más sorprendente si tenemos en cuenta que bastantes hombres importantes se han perdido algunos partidos, incluyendo algunas ausencias de Giannis Antetokounmpo y Jrue Holiday, los defensores más reconocidos de la plantilla a nivel de premios.
Este es innegablemente un mérito de equipo, pero no hay duda de que Lopez, ejerciendo quizás más de ancla que nunca, es en gran parte responsable de que todo esté funcionando tan bien. Y es que, aunque es obvio que hay varios pívots en la NBA mejores que Brook, quizás no haya otro que haga a los Bucks mejores de lo que son con Brook.
(Fotografía de portada: John Fisher/Getty Images)