Cinco traspasos cantados que probablemente no sucedan

Me cuesta recordar un mercado tan estancado en el que, a priori, hay tantos activos susceptibles de ser traspasados. Es obvio cuales son las razones ...

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Por David Sánchez

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Me cuesta recordar un mercado tan estancado en el que, a priori, hay tantos activos susceptibles de ser traspasados. Es obvio cuales son las razones mayores para ello. Rudy Gobert ha desproporcionado el funcionamiento de esta ventana de traspasos repercutiendo en dos movimientos mayúsculos como los de Durant, Mitchell e Irving en menor medida. Y, por tanto, en toda una liga que espera a que caiga la bomba para actuar.

Pero lejos de lo que se cuece en New York, Utah, Miami y Los Angeles, hay varios jugadores separados de este revuelo cuya continuidad en sus equipos está en entredicho pero no termina de resolverse y hay razones para pensar que siga siendo así.

Matisse Thybulle

Daryl Morey se ha cansado de repetir una y otra vez lo importante que es que una plantilla esté  repleta de jugadores two-way. Es decir, que cumplan un mínimo en ataque y defensa para los estándares de un aspirante. De ahí las adquisiciones de Melton, Tucker y House JR. Y, relacionado con el puesto que vienen a ocupar, lo ‘prescindible’ que se ha vuelto Matisse Thybulle para Philly.

El alero ha llegado a un momento en su carrera en el que toca dar por hecho su práctica inoperancia en ataque. La llegada de Harden le abría una puerta a la posibilidad de crecer desde el juego sin balón en acciones de bloqueo, puertas atrás u ocupación del dunk spot. Pero no ha sucedido y lo visto en el último tramo de temporada y playoffs invitan a pensar que puede que jamás suceda.

Thybulle es uno de los mejores y más radicales defensores exteriores de la NBA. Capaz de marcar verdaderas diferencias a ese lado de la cancha ante talentos desorbitados. Sin embargo, su vacío ofensivo y su condición de no vacunado ha reducido al mínimo el interés por el jugador. Lo cual hace pensar que es muy probable que no termine saliendo y los Sixers se vean obligados a acomodarle en una rotación que no va precisamente sobrada de profundidad.

A Thybulle le resta al menos un año de contrato, al término del cual figura la opción de extenderle una oferta cualificada para restringir su agencia libre. En condiciones normales debería ser un activo movible, pero cuesta pensar cómo Morey podría sacar algo de valor por su salida a corto plazo.

Mike Conley

De todos los jugadores disponibles en los Utah Jazz, seguramente Mike Conley sea la salida más difícil de acomodar. Si algo nos ha demostrado Russell Westbrook es que, por tóxico que parezca un contrato, con un punto de apoyo se puede mover la Tierra. Al contrato de Conley le restan 36 millones de dólares garantizados hasta julio de 2024 y si llega a enero de ese año sin ser cortado, esa cifra asciende a 46.

El problema es que la temporada del base ha dejado claras sensaciones de decadencia por los 35 años que cumplirá en octubre. Lo cual posiblemente coloque a los Jazz en una situación en la que traspasar activos si quieren deshacerse de su contrato. Algo que no tendría sentido para una franquicia que está renunciando a competir en el medio plazo. Sea cual sea la composición de los Jazz en la temporada entrante, tendrá más valor la figura de veterano que representa Conley que lo que puedan obtener por él en un traspaso directo. Así, la única posibilidad factible para su salida sería involucrarle en traspasos con el fin de cuadrar salarios.

Buddy Hield

En el ideario colectivo Buddy Hield es uno de esos jugadores permanentemente a punto de ser traspasados. Sobre todo porque parece despertar un interés real en varias franquicias más competitivas (tampoco mucho) que las que ha regentado recientemente. No obstante, cuando finalmente salió de los Sacramento Kings, no fue a un equipo que fijase su mirada concretamente en él, sino como accesorio para cuadrar el intercambio entre Sabonis y Haliburton con los Pacers. Esto provoca que, por enésima vez, Hield esté en una aparente rampa de salida con los Lakers de nuevo a la carga.

El gran impedimento aquí está en el valor que el mercado le da al jugador. Normalmente muy por debajo de lo que exige la franquicia que le tiene en nómina. Se suma también que, tras el fracaso con Ayton, pinta que los Pacers no estarían incómodos con su actual plantilla. Aunque Hield pueda suponer un obstáculo en el desarrollo del joven backcourt de Indiana. Incluso Rob Pelinka se siente cómodo oteando otras opciones del mercado para evitar los 20 millones del contrato de Hield. Al fin y al cabo, si los Lakers dudan poner la carne en el asador con Kyrie Irving, qué no titubearán con hacerlo con el escolta de los Pacers.

Eric Gordon

Otro eterno rumoreado que apura un verano más sin salir de Texas. Como con Hield, a Gordon le afecta que los equipos compradores estén en otros menesteres o no tengan suficientes assets para contentar a Rafael Stone. Los Rockets sí que parecen contentos de tener al veterano como figura dentro del vestuario y profesional que eleve el tono competitivo del grupo. Lo que implica un evidente encarecimiento.

El único aspecto que ha cambiado con respecto a los años anteriores es su recién estrenada condición como expiring. Con el contrato de Gordon terminando en 2023 y con pocas probabilidades de extender su estancia en Houston, esta vez parece imposible que permanezca allí pasado febrero. Pero de momento, bien lo sabe Daryl Morey, parece que toca esperar.

John Collins

El destino le va a dar a John Collins una nueva oportunidad de re-reivindicarse. En la franquicia han gestionado su situación un poco regular queriendo contentar a todas las partes. Por un lado Landry Fields, actual general manager de los Hawks, dice valorar a Collins como un gran activo deportivo. Técnica milenaria utilizada para mantener en alto el valor del jugador. Perfecto si justo antes no hubiese admitido que siguen buscando salidas para el jugador.

Al ala-pívot la vida le dio una oportunidad en marzo de 2021 cuando ninguno de los traspasos que estuvieron a punto de cerrarse terminó prosperando antes del cierre de mercado. Fue entonces cuando Collins supo montarse sobre la ola de positivismo de Atlanta para hacer pensar a sus ejecutivos que valía la pena ofrecerle 125 millones de dólares por cinco años.

Es cierto que probablemente Collins fuese un perfil útil para cualquier plantilla de la liga. Pero si su salida se truncó en un mercado en el que el de los Hawks habría salido mucho más barato y con muchos más compradores posibles, sus actuales condiciones apuntan a que le seguiremos viendo en la franquicia de Georgia. Quizás, dada su naturaleza cíclica, vuelva a ser el John Collins de los playoffs de 2021. O quizás no y los Hawks se sigan rebanando los sesos con él.

Menciones honoríficas

Jacob Poetl, Russell Westbrook, OG Anunoby, Tyler Herro, Luke Kennard, Terrence Ross, Gordon Hayward, Terry Rozier y Myles Turner, que aunque todo cambie a su alrededor no espanta del todo los rumores.  

(Fotografía de portada de Mitchell Leff/Getty Images)

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