Hay aspectos que no tiene sentido alegar a la hora de comparar dos jugadores (Brook López es mejor triplista que Bill Russell, por ejemplo).
Hay muchos otros que sí.
Derrick Rose y Ja Morant son, cronológicamente hablando, dos jugadores perfectamente cotejables en casi cualquier plano estadístico, y argumentalmente contemporáneos.
Uno llegó a la NBA con el Draft de 2008 (primer pick), mientras que el otro lo hizo en 2019 (segundo pick). Una década de crossovers los separa: un segmento asumible en el que el baloncesto ha cambiado pero no lo suficiente como para hacer de estos dos guards algo incontrastable.
Y la verdad del polvorón: es imposible haber visto jugar a uno sin pensar, alguna vez, en el otro. Yo lo he hecho y tú que me lees también. Es lógico, inevitable, pues por su forma de entender el básquet parecen haber salido de la misma fábrica e incluso cocidos en el mismo molde.
Comparten demasiadas virtudes. Fuertes, agresivos, plásticos, descarados, con un primer paso demoledor, un cambio de dirección de impredecible trazo cubista y un salto de la más alta élite. Artistas del contacto y artesanos en el menester de esquivar cuerpos, brazos y tapones para el arabesco en aro pasado, el pulcro floater o la suave bandeja.
Pareciera Morant algo más alto, pero miden exactamente lo mismo, 190 centímetros. Quizás la falsa impresión es por lo apolíneo (o lo macizo) que el ex de los Tigers aterrizó en la NBA (86 kilos de Rose por los 78 de Morant), ennobleciendo en cada vuelo al aro aquel eslogan de Pirelli que Annie Leibowitz capturó como sólo ella sabe. (potencia y control, juntos de la mano).
Los ‘1’ de Memphis
En cualquier caso, la tentación de coger a los dos y echarlos a pelear siempre ha estado ahí, y qué mejor momento que éste, ahora que ambos van a compartir vestuario en Memphis Grizzlies, y con la oportunidad de ver a D-Rose ‘robándole’ la titularidad a Morant por unas cuantas semanas, aprovechando la reincidente caraja intelectual del segundo que le lleva perderse los 25 primeros partidos de temporada regular por aparecer (de nuevo) con un arma en un directo de Instagram.
Obviamente en este artículo no vamos a valorar a los Ja & Derrick del curso que arrancó hace dos noches, aunque el ex de los Bulls (y Knicks, Cavs, T-Wolves y Pistons) ya nos advierte que no ha firmado por los Grizzlies para ser su Udonis Haslem. Viene sacar lo mejor de Morant sacando, para ello, lo mejor de sí.
De ahí a soñar con disputarle la titularidad hay un mundo. Rose (35 años) es más jugador del que nos permitió disfrutar Thibodeau el curso pasado, sí, pero no cabe duda que su puesto ya no está en primera línea de vanguardia; sus minutos estarán condicionados por los de Morant y Marcus Smart, y como mejor de los escenarios le veremos ejercer de líder de la segunda unidad.
¿Hay debate?
Volviendo al titular del artículo, y si queremos que sea ‘un combate limpio’, debemos coger al mejor Derrick Rose –el de 2011– y al mejor Morant hasta la fecha, esto es, el de la 2021/22.
No estamos (me alegra confesar) ante un duelo ficticio que tiene sentido sólo en mi cabeza, pues tras un rápido vistazo a gringoogle comprobé que la cosa venía de atrás… discusiones en Reddit y RealGM, hilos en Quora, videos en Youtube… e incluso alusiones en un capítulo del podcast de Danny Green de hace tan sólo dos semanas. El debate está que arde a pie de calle.
Sólo tres años en la NBA ha necesitado Morant para sentarse a la mesa de Rose, el MVP (también en su tercer año) más joven de la historia; aunque esto moleste al escolta de los 76ers.
«Hay gente a la que le gusta comparar a Morant con D-Rose… y no hay nadie como D-Rose»
– Danny Green en su podcast ‘Inside the Green Room’ –
MVP y lesión: de leyenda a mito
Justo ahí, pero, reside el mayor, más dicotómico y falaz de los argumentos. El MVP de Rose. El as en la manga cuando escasea la munición. Jugar esta carta supone reducir la discusión a un plano monofocal, zanjando la disputa aún antes de dar comienzo. Como Maradona, el Mundial y los babyboomers: no fue hasta que Messi ganó el suyo, que muchos accedieron por fin a abrir el melón del ‘mejor de todos los tiempos’.
Además, el MVP de Rose no fue un MVP cualquiera. El suyo estuvo bañado de un tinte heroico, de leyenda temprana, de cantar de gesta… pero ni siquiera un MVP a los 22 años arrebatado al mejor LeBron James, endiosó tanto a Rose como sí lo hizo la lesión que sufriría unos meses después… y que terminó por convertir la leyenda en mito.
‘Quien pudo ser y no fue’, a la estela de Kurt Cobain o Janis Joplin y unos álbumes que jamás vieron la luz. En el caso de D-Rose (o en menor medida, Brandon Roy), la historia inacabada del llamado a ser uno de los mejores point guards de todos los tiempos. Un prime tan precoz, guillotinado de repente, nos empujó a imaginar un Rose de crecimiento infinito y varios anillos en sus dedos.
Hall of Famer post mortem a los 24 años de vida.
Too strong, too fast no volvió a ser el mismo a pesar de todo el sacrificio, las terapias y los eternos procesos de rehabilitación.
308 partidos jugados de 346 posibles hasta el día en que el ligamento cruzado de su rodilla izquierda marcó el primer punto y a parte. Un 89% de encuentros disputados hasta entonces. A partir de ahí (mayo de 2012) y hasta el día de hoy, no alcanza el 40%.
Todo ello, una carrera de sinsabores, ha servido para engrandecer más si cabe esos cuatro primeros años del auténtico Derrick Rose, embalsamando su plenitud física y esgrimiéndola, en cualquier trinchera comparativa, como baza ganadora a perpetuidad.
Y Ja Morant, en las procelosas aguas del marketing, había sido el elegido por la NBA en general y Adam Silver en particular para, nada menos, que suceder a Rose en el enorme hueco que éste había dejado en su voraz declive. El heredero ideal para seguir tumbando las puertas de la internacionalidad. El rostro mediático de una liga vendida a golpe de highlight y que Morant encarna en su forma propia de jugar al baloncesto. La efectividad en cancha sobre el vagón del showtime.
"Oh! A JA-BREAKER"
— NBA (@NBA) August 1, 2022
Check out the TOP 10 dunks by @JaMorant from the 2021-22 season! #NBADunkWeek
*Drop the number of your favorite dunk in the replies* pic.twitter.com/aqszYy40qi
Pero a Morant, ¡qué contratiempo!, le pudo el espíritu Arenas–Crittenton en su versión influencer de Mattel, poniendo, de golpe y porrazo, todo su legado al borde del abismo. Mientras Rose es querido y adorado por todos (meme game-winner face incluido), Morant, súbitamente, ha empezado a perder seguidores sino, directamente para algunos, a caer mal por idiota. La gota que faltaba para, en un análisis objetivo de Derrick o Ja, te apetezca barrer hacia la casa del primero.
Tras esta panzada de contexto, ya sí, al turrón. El mejor Rose contra el vigente Morant, que si bien la 2021-22 fue su singular clímax hasta la fecha, y a pesar de los ‘tropiezos’ de 2023, sigue en busca de su techo.
Hitos y galardones
D-Rose padeció su primera gran lesión –la que le hizo perderse la temporada 12/13 al completo– en el año de sus 23, justo los que tenía Morant al cierre de ejercicio anterior (en agosto cumplió los 24); además, ambos siguieron la senda del and-and-done y se presentaron al Draft tras su curso freshman en la universidad. Esto hace de este primer punto, el de los premios y reconocimientos individuales en la NBA, algo muy fácil, sin necesidad de recurrir a molestos cálculos ponderativos.
Ambos ganaron el premio al Rookie del Año, y mientras Derrick Rose se coló en el All-Star Game como sophomore, Morant necesitó un año más, dejando el balance 3-2 para Rose en sus primeros cuatro años en la NBA. En cuanto a los All-NBA, empatan a uno, con la diferencia de que Rose fue incluido en el First Team, mientras que por ahora Morant debe conformarse con figurar en un 2º Mejor Quinteto.
Y por supuesto. El MVP. Pero en esto nos detendremos más adelante.
Récord del equipo
¿Cuánto influye un jugador en el récord de su equipo en regular season? Respondo con lo mismo que diría si me preguntasen por la última posesión de aquel Game 7 entre Toronto y Philly, y cómo de bien/mal planteado estuvo el tiro angulado de Kawhi: «Yo que sé, chico, influyen tantas cosas…empezando por la suerte».
Por un lado están esos finales de encuentro apretados que se dirimen en una falta absurda o un triple bien punteado pero certero, y que suponen 4-5 victorias arriba o abajo en el cómputo final tras los 82.
Y luego está, por supuesto, la plantilla. Nos fijamos en las dos temporadas de mejor rendimiento individual de nuestros protagonistas que coinciden, casualmente, con el mejor récord de sus equipos desde su llegada: Chicago Bulls de 2010-11 vs Grizzlies de 2021-22. Ahí, la rotación principal de cada equipo era la que sigue:
- Bulls 10/11: Rose – Korver – Deng – Boozer – Noah – Gibson, R.Brewer.
- Grizzlies 21/22: Morant – Bane – Brooks – Jackson Jr. – Adams – Melton, Clarke, T.Jones.
Diría que estamos ante dos bloques bastante parejos. Quintetos iniciales estupendos y con aspiraciones evidentes de playoffs. Pues bien, aquellos Bulls firmaron, nada menos, que un balance en RS de 62-20, el mejor conjunto de toda la NBA. Los Grizzlies, por su parte, acabaron con un nada desdeñable 56-26, segunda mejor marca tras los Suns (64 triunfos).
Arrolladores ambos conjuntos en el examen de la constancia pero que no se tradujo en campeonato para ninguno de ellos; los Bulls cayeron ante los Heat del Big Three en Finales de Conferencia (el anillo de Nowitzki), mientras que los de Tennessee fueron fulminados en semifinales por los campeones a la postre, los Golden State Warriors.
Así pues, en cuanto a capacidad para generar un salto de calidad a sus equipos en fase regular podemos decir que… empate. Aunque hay un puntito que me anima a decantarme por Rose en cuanto a valorar más positivamente su impacto; y me refiero al año de su debut.
Cuando en Ilinois se hicieron con él, venían de un récord de 33-41, pasando a las 41 victorias al curso siguiente y convirtiendo un equipo mediocre en un conjunto que disputó los playoffs y alargó la primera ronda ante los Celtics (los vigentes campeones de entonces) hasta el séptimo partido.
Ja Morant estuvo lejos de inocular ese nervio tan inmediato en su año de novato.
Estadísticas individuales
En sus primeros cuatro años en la liga, Rose, como buen pupilo de Thibs y Vinny del Negro, estuvo por encima de los 35 minutos, cifra típica en ese entonces entre los titulares. Ahora se cuida más a las estrellas, y Morant ronda los 32 minutos por partido.
D-Rose 2010-11 | PTS | REB | ASIST | eFG% | Win Share |
---|---|---|---|---|---|
En 37,4 minutos | 25 | 4,1 | 7,7 | 48,5% | 13,1 |
Por 100 posesiones | 25,6 | 5,8 | 10,9 | — | 13,1 |
Playoffs (16 partidos) | 27,1 | 4,3 | 7,7 | 43% | 2,2 |
Ja Morant 2021-22 | PTS | REB | ASIST | eFG% | Win Share |
---|---|---|---|---|---|
En 33,1 minutos | 27,4 | 5,7 | 6,7 | 53,3% | 6,7 |
Por 100 posesiones | 39,6 | 6,3 | 8,2 | — | 6,7 |
Playoffs (9 partidos) | 27,1 | 8 | 9,8 | 48,6% | 1,3 |
Aquí poco que comentar, pues muchos veis e interpretais las tablas igual o mejor que yo. Los porcentajes en tiros tres no lo incluyo porque son muy chungos (ambos son, en general, tiradores que orbitan el 33% de acierto, aunque Rose haya tenido varios picos y valles).
Quizás sólo poner en foco, no en la contradicción (porque no lo es), sino en el impacto de los intangibles y otras métricas avanzadas que hacen que, a pesar de ser Morant quien domina el boxscore genérico (y con un Usage un 5% inferior), es Rose quien termina llevándose ampliamente la columna del Win Share, que recordemos es la que se encarga de medir el número de victorias que genera un jugador para su equipo, en base a la ponderación de estadísticas individuales y globales.
Y otro dato que da bastante contexto sobre lo que más ha cambiado la NBA en estos 10 últimos años: En la 2010/11, el equipo que más triples intentó de media, los Orlando Magic, lanzaron 25,6 por noche de partido. En la 2022/23, los Bulls fueron el conjunto que menos probó suerte desde larga distancia: 28,9 veces por encuentro. El concepto de espacio, de cuerpos rivales por metro cuadrado, ha variado considerablemente. Y esta de abajo fue la acción favorita de Rose en la 2011-12. Marca de la casa con un +66% de eficacia. La penetración con bandeja.
A día de hoy, el trabajo en la mesa de anotación es más completo y se registran muchos más tipos de finalización. Sólo en acciones de incursión, el abanico es de lo más amplio (Driving Floating Bank Jump Shot, Hook Shot, Reverse Layup Shot, Finger Roll Layup Shot…), pero por subsumir un poco todas ellas nos quedamos con la misma de Rose. El dato es de Ja Morant de la 21/22.
Recordemos: los carriles que disfrutaba uno y otro, en base a la ubicación de los de tiradores abiertos, no son los mismos. Antes se formaban auténticas barricadas en la pintura y ahora ya no.
En cuanto a su papel como defensores, que también cuenta, citaré a Kelly Scaletta, colaborador habitual de Bleacher Report y ESPN: «One of the easiest things to attack in basketball is defense. There’s not much in the way of conventional statistics that measure defense and what there are in terms of advanced statistics are too easily dismissed or misapplied, depending on what your objective is». Traducción: es muy difícil, incluso con el boom estadístico actual, medir el impacto defensivo real de un jugador.
Y es muy sencillo caer en el sesgo del cherry picking a través de los datos.
Dicho esto, con suficiente memoria a mis espaldas me atrevo a decir que ni Rose ni Morant son nulos defensores, pero sí menos geniales de lo que podrían ser o haber sido, desaprovechando su IQ y talento atlético genuino. Pero en su prime, catalogaría incluso a Rose de ser un defensor más que correcto, a pesar de lo que puedan indicar a primera vista ciertos stats de on/off.
Por supuesto contamos con algoritmos para medir casi cualquier cosa a día de hoy, e incluso a principios de siglo ya estaban desde MySynergy cubriendo acciones y emparejamientos de toda clase para extraer métricas de lo más jugosas. Como por ejemplo la que inspira esta tabla de abajo y que aborda el impacto defensivo del MVP Rose en contraste con la de los grandes stoppers en el puesto de ‘1’ de la época.
Jugador | Global | Aclarados | P&R Ball Handler | Spot Up |
Derrick Rose | 0.77 | 0.67 | 0.73 | 0.92 |
Deron Williams | 0.91 | 0.87 | 0.89 | 1.13 |
Rajon Rondo | 0.80 | 0.68 | 0.81 | 0.86 |
Chris Paul | 0.88 | 0.76 | 0.77 | 0.98 |
Jason Kidd | 0.85 | 0.76 | 0.78 | 0.96 |
Morant, por su parte, pasó de ser sonrojado por la estadística (entre los peores defensores perimetrales según RAPTOR en sus dos primeros años) a aliarse con ella a la hora de exponer su caso. A día de hoy roza el epíteto de ‘magnífico’ en cuanto a defensa 1vs1 se refiere, yendo más allá de la mera espectacularidad en impactantes tapones tras recuperación.
Aquí, así pues, doy un empate..
Fun Fact:
— NBA World (@NBAW0RLD24) February 21, 2023
Players are shooting 42.4% (239-564) when guarded by Ja Morant this season.
That's the 2nd best mark in the NBA, only Giannis is better. (Min 500 FGA Defended) pic.twitter.com/BCGS5UYv2E
El famoso MVP
Michael Owen le robó uno a Raúl Steve Nash se llevó dos consecutivos mientras Kobe Bryant promediaba 35,4 puntos y conducía a playoffs a una panda de lisiados. Joel Embiid ganó el último MVP porque el three-peat de Jokic le habría causado indigestión al sistema. Y Derrick Rose hizo historia como el MVP más joven de la historia porque… porque era muy bueno. Sí. Y si se lo hubiesen dado LeBron en lugar de a él, nadie lo recordaría ni reprocharía a día de hoy.
Rose se alzó con el MVP a los 22 años, conduciendo a su equipo a lo más alto de la RS con 62 victorias y promediando 25 puntos, 7,7 asistencias y 4,1 rebotes, con un 55% en True shooting. En frío, numerazos que Morant (salvo lo de las 62 victorias) ha batido ya.
Sin embargo, existe algo en el MVP que tiende a apartar los números en un rincón del plato en caso de duda. El cómo y el cuándo importan más que el qué. Promediar un triple-doble le valió Russell Westbrook para conquistar el MVP por ser la primera vez que ocurría desde Oscar Robertson en 1962. Repetir hazaña otras tres campañas no le valió ni para entrar en la conversación.
Con Rose, su juventud, su récord, su estilo único, su carisma, y puede que el recelo de darte a Lebron su tercer MVP consecutivo, jugasen un papel crucial que favoreció su campaña mediática. Y como otros añaden, de haber tenido quizás ‘un Jokic’ patrullando la liga por aquel entonces, nos hubiese dejado también un Rose huérfano del galardón que le hizo inmortal.
Disfrutemos mientras discutimos
Si Danny Green se sonreía irónico ante el hecho de que haya quien se atreva a colocar a Morant al nivel del mejor Rose, Durant alude a él del siguiente modo: «Cuando juega veo a 2, 3 o 4 Hall of Famers en sus maneras. Es una combinación de jugadores (…). Veo a Iverson, le veo bandejas tipo Michael Jordan o correr la pista como Westbrook o D-Rose…».
"When he's playing I see like 2, 3, 4 different HOFers in his game. From Iverson, to he might make a Jordan-like layup, or he might run down the court like a Westbrook or a D-Rose….I don't want to gas him up too much since we playing against him."
— DaveEarly (@DavidEarly) March 22, 2022
-Kevin Durant on Ja Morant pic.twitter.com/wSuhGsjHWN
No seré yo quien ponga en duda a Green ni le quite un ápice de razón a KD a través de una batería de datos que, como hemos visto, no abre una gran brecha entre ambos.
Sólo diré que Rose, a título personal, tiene algo. Ni mejor ni peor que Morant. Algo. Y es ese algo por el cual le he seguido siempre con interés hipnótico allá donde ha ido. Sus lágrimas bien pudieron ser las mías cuando le vi anotar aquellos 50 con la camiseta de los T-Wolves en una suerte de redención.
Y es por ese ‘algo’ que los Grizzlies, y su breve hermanamiento con Ja Morant, se mascan como una de mis distracciones favoritas en esta nueva temporada.
Derrick Rose MVP season Highlights https://t.co/IDWlQiryJT pic.twitter.com/TpJwR6hMb6
— . (@AustinFromFlint) April 3, 2023
(Fotografía de portada de Jonathan Daniel/Getty Images)