Las múltiples caras de Jusuf Nurkic

En el momento en el que un equipo acepta la marcha de un jugador como DeAndre Ayton a cambio de recibir a Jusuf Nurkic y ...

Foto del autor

Por David Sánchez

Publicado el

En el momento en el que un equipo acepta la marcha de un jugador como DeAndre Ayton a cambio de recibir a Jusuf Nurkic y complementos como Nassir Little, se asume que el movimiento sacrifica techo potencial por asentar suelo firme. El problema del ya pívot de los Blazers nunca fue de talento. Sus tramos como uno de los interiores de defensa más versátil, su sedoso toque en la pintura y su lectura del pick-and-roll han alcanzado cimas a las que el bosnio no puede aspirar. Sucede que esos picos quedan lejos en el tiempo (2020 y 21) y que, dado su carácter, los Suns se veían incapaces de volver a disfrutar de aquel Ayton. Mucho menos con su mayor aliado de camino a Golden State. 

Nurkic, a excepción del que fuese cabeza del Draft de 2018, es una personalidad mucho más preparada para un segundo o tercer plano ofensivo. Básicamente, porque es el escalafón en el que ha estado durante la mayor parte de su paso por Portland. Y, entrando en un plano meramente baloncestístico, también goza de bondades que parecen ayudar más al actual plantel de los Suns que lo que podría aportar Ayton. 

Muro balcánico

La calidad de los bloqueos es una de las virtudes más infravaloradas en el mundo del baloncesto. Sin embargo, longevas carreras como las de Steven Adams, Andrew Bogut o Marcin Gortat encontraban y encuentran su piedra angular en la capacidad de hacerle la vida más fácil al resto a través de las pantallas. Campo en el cual Nurkic es un consagrado especialista. Existen dos tipos de grandes bloqueadores centrándose en la mera acción de pantalla y excluyendo la continuación. Aquellos que, por el control de los ángulos, dictan el devenir de la jugada (Nikola Jokic, Domantas Sabonis). Y los que instrumentalizan la ventaja a través de la dureza y el timing del bloqueo. Unos construyen sistema y otros son herramientas del mismo. 

Nurkic pertenece a esta segunda estirpe, y dentro de la misma apenas hay cinco interiores que desempeñen esta labor a su nivel (a bote pronto, Steven Adams, Jonas Valanciunas, Kevon Looney e Ivica Zubac representan la élite en este apartado en el último lustro). Ayton ya era un gran bloqueador, pero mientras sus pantallas buscaban las más de las veces allanar su propio camino para la finalización, Nurk resulta en un perfil más altruista. Expresado de forma simple, si Ayton era el perfil de pívot perfecto para un orfebre de la gestión como Chris Paul por su forma de moverse tras el bloqueo, el ex de Blazers lo es para jugadores cuya principal pulsión es la anotación. 

En los momentos culmen del proyecto de Monty Williams, Phoenix hizo del bloqueo, tanto directo como indirecto, un arte. Fuera de San Francisco, no ha habido equipo en esta etapa que sacase tanto rédito de las pantallas a la hora de generar espacio para sus generadores y ejecutores. Vogel, por contra, es un técnico de menor orfebrería ofensiva, cuyo libreto prácticamente se abriga a las secuencias con las que sus estrellas se encuentren más cómodos. Como es obvio, Phoenix acabará siendo un equipo que recurra mucho al pin down frontal para Booker, Durant y Beal. Tres anotadores (sobre todo los exteriores) que disfrutan armando el tiro al salir del bloqueo para el que la anchura de Nurkic y su habilidad ‘rebloqueando’ será un bastión. 

Torre de control

Pero si las pantallas de Nurkic no son mejores ni peores que las de Ayton, sino a priori más adecuadas para el actual roster de los de Arizona, hay un área donde el bosnio sí representa una absoluta fortaleza ofensiva con respecto al joven interior. El inicio de temporada de los Suns, a pesar de no poder estar sujeto a grandes juicios por las ausencias de Beal y Booker, ha dejado a las claras la carencia de un gestor de balón. Ante esto, y a falta de ver si Mat Ishbia y James Jones mueven el mercado de aquí a febrero, Vogel va tratando de encontrar recursos que alivien esta falla. Todo jugador que pueda aportar pequeñas dosis de generación de juego que facilite la vida del big three y maximice a los secundarios, serán bienvenidas.

Los Suns están buscando a su pívot en el mano a mano y a la salida de esas secuencias de indirectos para aprovechar su distribución desde el poste alto. Lo cual permite versatilizar el juego aprovechando la gravedad ofensiva que atraen las estrellas. Los bloqueos que involucren a Durant, Booker o beal siempre harán dudar a la defensa sobre a quién priorizar, y Nurkic es lo suficientemente perspicaz y preciso en el pase como para castigar esos desajustes. 

Sus tareas en la distribución, especialmente cuando el manejador reciba un dos contra uno tras bloqueo, también se traspasan a las acciones de continuación. Aunque cabe el riesgo de no finalizar acciones claras por el rol que se le ha encomendado en este inicio: 

Esta debe de ser la versión predominante en el bosnio, que con los años ha ido perdiendo impacto como receptor en el pick-and-roll y en el juego de espaldas al aro. Recuperar a un Nurkic destilado al pase y el trabajo sucio, más cercano a Steven Adams que a otro perfil, sería una bendición para estos Suns. 

Costuras y rotos

Otra cosa es lo que sucede en el lado contrario de la cancha. Ya en primera ronda ante los Clippers, quedó claro que la sangría interior de los Suns iba a ser la razón mayor de su futura caída. Su zona quedaba desguarnecida con una facilidad pasmosa y la línea exterior estaba lejos de suponer un primer dique para las internadas con y sin balón de un conjunto como los Nuggets. Los Suns fueron el cuarto equipo de los playoffs que mayor porcentaje permitió en su propia pintura y el tercero que más puntos cedió (52,9). Ayton no solo no fue un remedio a esto, sino una rémora. Sólo Durant, a base de heroicidades siempre infravaloradas, sostenía por momentos lo insostenible. 

Esta fragilidad defensiva se trata de aplacar con la llegada de Frank Vogel, cuyos Lakers aún están frescos en la retina como uno de los equipos más dominantes atrás de los últimos años. Sin embargo, el ex de Pacers y Magic no cuenta, ni mucho menos, con un argumento como Anthony Davis. Ni siquiera como Dwight Howard o JaVale McGee. Todos ellos correctores ágiles cuando se delimita su radio de acción o auténticos monstruos como es el caso de AD. El voto de confianza pues, se encontraba en que Vogel hiciese de Nurkic una especie de Roy Hibbert en aquellos Pacers. Salvando las distancias. 

No obstante, la realidad vivida en este primerísimo tramo de temporada indica que va a ser mucho más complicado de lo que parece. Actualmente en la liga existen muy pocos pivots titulares cuyo radio de acción defensivo sea más restringido que el de Nurkic. Esto es, el área que es capaz de cubrir para afectar los tiros u otras acciones del rival. Ya no es que Nurk sufra en las acciones en las que le toca defender lejos del aro ante pequeños: 

Es que apenas puede saltar a ayudas interiores sin ser expuesto. A menudoel bosnio queda en tierra de nadie. Lo que le convierte en una máquina de hacer faltas (acumula 13 en tres partidos y 10 en los dos que han estado igualados). 

Esto es un problema porque, por una simple cuestión de números, la tripleta de estrellas y el pívot sólo dejan hueco para un elemento que estabilice estos problemas. Y, aunque Beal y sobre todo Booker sean defensores más duchos de lo que se reconoce, tenerles persiguiendo bloqueos para subsanar las abultadas carencias de su pívot no es lo ideal. Además, la plantilla tampoco cuenta con ningún stopper exterior, a pesar de sí tener buenos defensores como Okogie, Little, Watanabe o Allen. Poder contar con Durant como ala-pívot que corrija situaciones desde el lado débil es una carta ganadora, pero difícil de replicar si Nurkic continúa desprotegiendo tanta cantidad de espacio. Lo cual parece difícil de cambiar a estas alturas. 

De hecho, sus problemas de faltas y lo limitado de Drew Eubanks (que está yendo de menos a más), han provocado que ya se vean tramos con KD como cinco. Una fórmula a estudiar cuando vuelvan Booker y Beal, porque en ataque es demasiado demandante para el dos veces MVP de las finales. No es ninguna sorpresa que un conjunto que apenas mantiene tres piezas de un año para otro tenga trabajo que hacer, siendo la creación de sinergias entre las tres estrellas la más pendiente de las tareas. Pero Nurkic, que en ataque supone un multiplicador de virtudes para tres maestros de la media distancia y un grupo de complementos de abanico técnico reducido, puede suponer una losa demasiado pesada atrás.

(Fotografía de portada de Alika Jenner/Getty Images)

TE PUEDE INTERESAR