Los renovados Warriors… de Chris Paul

En primera instancia, la adición de Chris Paul al sistema Warriors resultaba difícil de imaginar. No sólo por las rencillas personales que el base ha ...

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Por David Sánchez

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En primera instancia, la adición de Chris Paul al sistema Warriors resultaba difícil de imaginar. No sólo por las rencillas personales que el base ha tenido con el equipo de la Bahía y sus integrantes a lo largo de los últimos años. También por la idea de introducir a uno de los mayores amasadores de balón de la liga a un conjunto que funciona con el flujo ofensivo por bandera y que tiene cubierto el rol de generador en las figuras de Draymond Green y Stephen Curry. 

La lesión del interior para los primeros partidos de temporada empujó a Paul al quinteto titular, lo cual hizo hincapié en esa brecha entre el ritmo que el base propone y la velocidad a la que se mueven usualmente los Warriors. No es que desentonase, pues su inteligencia le permite adaptarse prácticamente a cualquier contexto ofensivo. Pero sí que, con el balón en sus manos, quedaba claro que CP3 era el elemento discordante de un grupo que juega de memoria y en el que el balón suele quemar en las manos. 

Pronto quedó claro que el plan en realidad era otro, y es que Steve Kerr tenía en mente que Paul fuese el líder de su segunda unidad. El pasado 29 de octubre, el base salía desde el banquillo por primera vez en su carrera tras 1366 partidos de liga regular partiendo de inicio. El partido ante Houston fue muy ilustrativo de las intenciones de Kerr, ya que planteó una rotación estricta en la que los cinco jugadores de banquillo entraron sustituyendo al quinteto inicial durante largos tramos de segundo y último cuarto. Lo que se buscaba con esto era que Paul fuese sumando minutos con los que van a ser sus compañeros más habituales en cancha, pues ahora mismo el quinteto formado por él, Payton II, Jonathan Kuminga, Moses Moody y Dario Saric es la segunda combinación que más tiempo acumula sobre el parqué en estos Warriors. 

Aunque la foto completa muestre un net rating negativo (la alineación en concreto es 7,3 puntos peor cada cien posesiones), la realidad es que rodear a Paul de wings atléticos y un interior como Saric está dejando muy buenas sensaciones por momentos. Payton, Kunminga y Moody son las piernas de las que ya carece el veterano point guard. En defensa, han compartido 62 minutos registrando datos equivalentes a la segunda mejor defensa de la liga. En ataque, un desahogo constante de cortes, movimiento sin balón e intercambio de roles. Aunque es cierto que a Kuminga le sobra ímpetu y le falta (mucha) consistencia en el tiro. 

https://twitter.com/sanchezoide/status/1721451425643786598

Obviamente, Paul es pegamento donde Poole era gasolina. La pizarra de Steve Kerr y el físico que le suele rodear son el mejor antídoto para la vejez, y él está respondiendo con esa dirección difícil de percibir en lo individual pero siempre patente en cómo respiran los conjuntos que bailan a su son. 

Sobre todo está rozando la excelencia en situaciones que requieren lecturas rápidas: extra pass, dos contra unos, pick-and-roll, handoff… Y es que el sistema le está facilitando que muchas veces la jugada le llegue ya acelerada para despojarle de peso en la generación y enfocarle casi por completo a la toma de decisiones. Su respuesta: encadenar 29 asistencias sin pérdida en cuatro partidos y sumar 66 pases de canasta acumulando sólo 7 extravíos. En resumidas cuentas, está siendo un Iguodala algo más mandón. 

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Aunque el experimento del banquillo esté dejando brotes verdes, Kerr es consciente de que el verdadero techo del equipo está en cómo Paul puede redondear la versatilidad del equipo compartiendo cancha con todos o algunos de los titulares. El spacing que le regalan Curry y Klay es un parque de atracciones para el Point God, que representa un ventilador cuando parte sin balón y un cambio en el paso con el encordado en sus manos respecto al tradicional ritmo de Green. 

Una de las consecuencias más llamativas del impacto de Paul están siendo los números que deja el equipo con él en cancha. Según datos de Cleaning the Glass Los Warriors están siendo hasta 19,1 puntos mejores que sus rivales cuando CP3 está en pista y 5,9 puntos peor sin él. Lo rocambolesco está en que Golden State esté dejando mejores números con Curry en el banquillo, tres puntos mejores por cien posesiones con él y 10 en la misma toma en su ausencia. Esto deja dos lecturas:

  • Evidentemente, los Warriors no son mejor equipo cuando Curry no está jugando y este dato se estabilizará con el paso de los partidos. 
  • Al fin Golden State parece haber encontrado una vía para sobrevivir a los minutos de descanso de Steph de forma consistente. Una bendición en un conjunto que en los últimos años ha dependido demasiado de su súperestrella incluso para no pasar de ser un equipo mediocre (2021). 

Letra pequeña

La única mácula, porque la hay, es que Chris Paul ha empezado el año horrible desde el tiro. Aunque encadena dos partidos con mejores sensaciones (52% en TC y 42% al triple sobre todo impulsado por su acierto ante Detroit) el base no está logrando castigar los triples abiertos y tampoco termina de encontrarse cómodo en su amada media distancia. Así lucían sus porcentajes en los primeros 7 encuentros: 

https://twitter.com/sanchezoide/status/1721452954882818179

A Paul cada vez le cuesta más llegar a esos codos de la pintura para levantar su tiro, y el curso pasado sus porcentajes ya descendieron considerablemente desde su zona de confort. Pero lo más preocupante para el bienestar del sistema ofensivo es el triple. Klay y Curry siempre van a compensar la falta de tiro exterior en sus compañeros. Pero el errático inicio de Wiggins provoca que, de los 6 jugadores con más minutos, cuatro sean prácticamente nulos como amenaza desde el perímetro (aunque Draymond está lanzando  más de dos triples por encuentro con un 42% de acierto). 

Ahora no se nota demasiado, pero llegados los momentos de jugarse las habichuelas, Golden State no puede permitirse a un CP3 tan desacertado. Igual que elevar sus porcentajes multiplicaría exponencialmente el oxígeno del ataque, mantenerlos por debajo de su media de carrera (36%) puede acabar asfixiándolo. Por lo demás, y como suele suceder cuando cambia de aires, Chris Paul está representando un impacto más que positivo en la Bahía.

(Fotografía de portada de Harry How/Getty Images)

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