Es momento de publicar la previa NBA 2024-25 Phoenix Suns. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla y a sus futuros agentes libres, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.
Phoenix Suns
- Balance 2023-24: 49-33 (6º del Oeste, eliminados en primera ronda).
- Entrenador: Mike Budenholzer (1ª temporada en el equipo).
- Agentes libres más importantes en 2025: Tyus Jones, Monte Morris.
- Historia: Los jugadores más importantes de la historia de Phoenix Suns.
- La franquicia: El origen de Phoenix Suns.
La plantilla
- Movimientos del mercado: Fichajes de Tyus Jones, Monte Morris y Mason Plumlee, salidas de Eric Gordon y Drew Eubanks.
- Backcourt: Tyus Jones, Monte Morris, Collin Gillespie (two-way), TyTy Washington (two-way), Devin Booker, Bradley Beal, Grayson Allen, Josh Okogie, Damion Lee, Jalen Bridges (two-way).
- Frontcourt: Kevin Durant, Royce O’Neal, Ryan Dunn, Bol Bol, Jusuf Nurkic, Jusuf Nurkic, Mason Plumlee, Oso Ighodaro.
Así encaran la temporada
Los Suns encaran la temporada necesitados de quitarse el mal sabor de boca de los últimos playoffs. Igual que la anterior. Y la anterior. Los de Arizona llevan varios años presentando proyectos prometedores que terminan recibiendo un duro rechazo a la hora de la verdad, pero quizás el de la pasada postemporada fue el más duro de todos. ¿Ir all-in a por Bradley Beal para perder 4-0 en primera ronda? Es duro recomponerse de algo así.
La cuestión es que en Phoenix parece que lo han hecho, o al menos han dado pasos en la dirección correcta. La plantilla del año pasado parecía estar hecha a base de pegotes, uniendo a cualquier jugador al que pudieran firmar por un contrato mínimo al Big 3 y rezando para que al menos un par de ellos cumplieran y dieran lugar a una rotación decente. Y no fue el caso. Los Yuta Watanabe, Bol Bol y Drew Eubanks de la vida dieron para lo que dieron, y ni siquiera hombres a los que a priori se exigía algo más como Eric Gordon o Royce O’Neal terminaron por mostrar su mejor versión. Y así, este acabó siendo un equipo muy corto, muy descompensado, y que dependía en exceso de su trío principal.
Ahora, los movimientos han vuelto a ser de perfil relativamente bajo, pero aparentemente más sólidos y coherentes. Aspectos que son atribuibles sobre todo a la incorporación de Tyus Jones.
Hay base. ¿Hay pívot?
Phoenix pasó la temporada 23-24 sin un base real. No es una exageración. Cuatro jugadores a los que podemos asociar a esa posición pasaron por la plantilla a lo largo del año y contar a cualquiera de ellos como base es equivalente a poco menos que contar a Thanasis como ala-pívot de los Bucks. Y para evidenciarlo, repasemos sus casos.
Jordan Goodwin es lo más parecido que podemos encontrar, y hablamos de un jugador que no llegó a promediar 15 minutos por partido hasta que fue traspasado en febrero. Más abajo nos encontramos ya a Saben Lee, jugador two-way del que Frank Vogel tuvo que tirar en 24 ocasiones, y Théo Maledon, a quien reclamaron de la lista de waivers cuando fue despedido por Charlotte en un intento desesperado de llenar la posición. Hasta acabaron acudiendo a Isaiah Thomas, al que tuvieron que resucitar casi dos años después de su último partido en la liga por falta de opciones.
Y luego está Devin Booker, que no es base. Puede jugar de base, puede rendir bien de base, y puede mostrar su enorme talento jugando de base. Pero no es base. Y cuando se le sitúa en esa posición, se ve obligado a dejar de hacer varias cosas que hacía cuando tenía un base al lado. Y por eso la llegada de Tyus Jones puede ser un bálsamo para este equipo.
Jones es algo así como la definición de base puro que enseñan en las escuelas de baloncesto. Es un jugador que cuida como nadie el balón, que lee muy bien el juego, que organiza el ataque y que es un pasador poco espectacular pero muy eficiente. En resumen, es prácticamente todo lo que necesita un equipo que ya tiene a tres anotadores de élite capaces de ser letales tanto con balón pero sin él. Ese hueco, en principio, está tapado. Pero este parche abre otros que hay que afrontar.
Si asumimos que Jones será titular, algo que Mike Budenholzer ha asegurado de forma explícita, a los Suns se les queda un quinteto en el que Beal o Booker son desplazados al puesto de alero y Durant al de ala-pívot. Una composición que es cuando menos extraña. Es una composición a la que le falta tamaño y capacidad atlética en el perímetro, que puede sufrir enormemente para defender a exteriores altos y fuertes, y que para parecer viable en defensa necesitaría un pívot que tapara todas las grietas. Un especialista en cubrir a sus compañeros de backcourt y que hiciera menos explotables los defectos de un quinteto en el que la altura media de los tres exteriores es de 1,92.
Y Jusuf Nurkic no es ese pívot. El bosnio viene de firmar una temporada interesante y hasta cierto punto sorprendente tras años cargados de problemas físicos, pero no está ya para semejante nivel de exigencia. Y tampoco parece que lo vaya a estar Mason Plumlee, quien ha llegado para dar algo más de profundidad a un juego interior bajo mínimos pero quien difícilmente podrá equilibrar un quinteto así.
Es inevitable preguntarse pues cómo de viable es esta composición de equipo. Y la solución a la que muchos han llegado es la misma: convertir a Beal en sexto hombre y añadir un exterior de corte más defensivo al cinco titular. La idea tras esto es clara, pues este cambio, al menos sobre el papel, permitiría a Booker pasar más minutos en su posición natural, dotaría de más centímetros y defensa al quinteto, e incluso daría más libertad a Beal para comandar la segunda unidad. La cosa es, ¿aceptará este rol? ¿Se atreverá Budenholzer? Todo apunta a que de entrada no. Pero quizás sea inevitable llegado el momento.
El rey de la temporada regular
Habiéndolo nombrado ya en varias ocasiones, es hora de abordar la llegada del nuevo entrenador al banquillo de los Suns. Tras no dar más que un año de prueba a Frank Vogel, los de Arizona se han deshecho de él y se han hecho con uno de los nombres más codiciados de la liga, uno que viene de cambiar con éxito varios proyectos y que esperan que haga lo propio en Phoenix, trasladando su historial de éxitos a un equipo que necesita recuperar la solidez de la que presumió hace no tanto.
Mike Budenholzer convirtió a los Hawks en un equipo de 60 victorias en 2015 en la que era su segunda temporada en el equipo, y solo necesitó una en Milwaukee para llevar a los Bucks a la misma cifra. Y quién sabe a cuántas habría llegado si el Covid no hubiese quitado nueve partidos a la 19-20, en la que los de Wisconsin acabaron con un balance de 56-17. De modo que, si el objetivo es dar aire fresco a unos Suns que vienen de un fiasco durísimo, parece el hombre ideal.
Budenholzer se ha caracterizado por dotar a sus equipos de una notable identidad defensiva que los hace muy competitivos entre octubre y marzo. Quizás su falta de cintura a partir de abril se vuelva en su contra en ocasiones, pero a estas alturas Phoenix necesita primero una buena liga regular con la que espantar fantasmas y demostrar que, con continuidad, pueden ser uno de los mejores equipos del Oeste. Luego llegará la hora de que su talento salga a florecer en playoffs, pero esto será más fácil si llegan con confianza que si llegan plagados de dudas y altibajos como fue el caso del pasado curso. Ya vimos cómo acabó aquello. Ahora toca ver si Mike puede lavar la cara a este equipo como hizo en sus últimos proyectos.
¿Robo del draft?
Con todo, una de las nuevas esperanzas de los de Arizona no ha llegado ni en forma de nuevo entrenador, ni de flamante fichaje ni de jugador con un salario de 40 millones de dólares. En esta pretemporada ha surgido un brote verde elegido en el puesto 28 del draft y con un salario de 2,5 millones llamado Ryan Dunn.
Dunn se presentó al draft con la vitola de ser claramente el mejor defensor de su generación. A sus 21 años, es un jugador más maduro que muchos otros prospects y se le veía capacitado para aportar desde el día uno en la NBA en esa mitad de la pista. El problema es que no estaba claro que pudiera hacer otra cosa.
En los últimos años hemos visto mil veces cómo los especialistas defensivos acaban siendo relegados al banquillo por su incapacidad para contribuir en ataque. El rival los ignora, les fuerza a tirar triples subóptimos que normalmente fallan, el ataque se atasca y el entrenador decide que es insostenible. Y en ello debieron estar pensando los equipos que decidieron que Dunn no encajaba en sus proyectos. Equipos que tal vez hayan cometido un error grave.
Tres partidos de pretemporada no son la muestra más amplia del mundo, pero empiezan a señalar una tendencia en la que Dunn, que lanzó con 23,5% de acierto en triples en su etapa universitaria, de repente ha mutado en un 3&D. Lanzando casi siete triples por partido, el novato está convirtiendo el 44,4% de sus aciertos en los encuentros amistosos, lo cual está empezando a dejar de parecer casualidad y a hablarnos de una evolución que le hace pasar de jugador de dudoso encaje a pieza de enorme potencial. Porque si hablábamos de que al quinteto de los Suns podía faltarle tamaño y defensa, la inclusión de un exterior de 2,03 especialista en defensa y que encima lanza triples con este nivel de acierto puede servir para cambiar mucho las cosas.
El jugador a seguir
Bradley Beal llegó el año pasado con el objetivo de que el proyecto terminara de dar el salto definitivo hacia el anillo. Y no fue ni mucho menos el caso. Pese a que Durant y Booker firmaron grandes temporadas en lo individual que los llevaron a ser All-NBA, el ex de los Wizards no tuvo la llegada triunfal que muchos esperaban, y cabe preguntarse si este año le permitirá enderezar el rumbo o si, por el contrario, confirmará el fracaso de la operación.
Es cierto que los problemas físicos fueron un factor durante el curso, pero por lo general el recuerdo es de la 23-24 como una temporada mucho más accidentada de lo que fue. Pese a las dificultades iniciales Beal terminó jugando 53 partidos, y lo cierto es que cuando el Big 3 coincidió en pista los resultados fueron buenos… con la excepción del desastre de los playoffs, que no es una excepción pequeña. Lo cual genera inevitables dudas acerca de cómo encajará el tridente este curso.
Y estas dudas recaen especialmente sobre Bradley, tanto en cuanto a su rol como en cuanto a su encaje. Ya se ha mencionado antes que su presencia en el quinteto puede generar un cierto desequilibrio y un solapamiento con Booker, y será muy interesante seguir durante el curso cómo Budenholzer ajusta la rotación en este sentido y cómo él adapta su juego para potenciar todo lo posible el innegable talento de la plantilla. El potencial está ahí, pero serán necesarios algunos ajustes para extraerlo del todo. Ajustes que tal vez pasen por ver si Beal es capaz de aceptar un rol distinto.
Previa NBA 2024-25 Suns, el pronóstico
Estos Suns son una bomba de relojería. Si cortas el cable correcto todo es fiesta pero si cortas el equivocado igual acabas con una explosión en casa. En teoría deberían ser un buen equipo, un muy buen equipo incluso, pero necesitarán un buen inicio para sacudirse esa sensación de riesgo y de decepción que parece que les acompaña. Pero confío en Budenholzer como estabilizador y en Jones como organizador. Y sobre todo, en que Booker, Durant y Beal puedan encontrar un equilibrio como para colar a este equipo como cabeza de serie de su conferencia.
- Balance: Entre 48 y 52 victorias.
- Posición: 4º del Oeste.
- El máximo al que aspiran: parece el difícil, pero con semejante Big 3 el techo debe ser el anillo.
- Si se tuercen las cosas: igual explota el proyecto.
Anterior equipo: New Orleans Pelicans. Próximo equipo: Dallas Mavericks.
(Fotografía de portada: Christian Petersen/Getty Images)